Fiesta:
Reunión de gente para celebrar algún suceso, o simplemente para divertirse.
1.
La tía de Rafa fue puesta en libertad. Según la jueza, se trató de “legítima defensa”. Podría pensarse que la normalidad volvió a la familia. Pero eso nunca
iba a pasar.
–Mi hermano denunció a mi madre
–dijo Rafa.
–¿Eh?, ¿Mati?, ¿qué pasó?– preguntó
Julia.
–Vio en el informativo que un niño en EEUU llamó al 911 porque su madre lo obligaba a irse a dormir. Hizo lo mismo.
–¿En serio?
–Tan en serio como lo de la
varilla de hierro, Mauro.
–Menos grave, por lo menos.
–¡Más grave! Esta vez me quedo sin
salir.
–¿Por?
–Porque mi madre lo castigó. Tiene que pasar en casa su último mes de vacaciones.
–Porque mi madre lo castigó. Tiene que pasar en casa su último mes de vacaciones.
–¿Y vos qué tenés que ver?
–Que mi madre nunca está. El que
lo va a cuidar soy yo.
–Qué bajón –dijo Julia.
–Ustedes y yo. No pienso
quedarme solo con el enano.
–¡Es imposible tener un verano
tranquilo contigo, Rafa! –dijo Julia.
–No
va a ser tan malo, si compramos comida –dijo Mauro.
–Tenemos
que planear todo –dijo Mauro.
–Me
voy a poner mi vestido de rombos.
2.
Mauro
y Rafa le avisaron a poca gente. Cuanto menos fueran, más fácil sería limpiar. El problema fue que, para que Mati no hablara, tuvieron que invitarle
amiguitos. Además, Julia le avisó a todas sus amigas. Así que el sábado los tres compraron provisiones y esperaron a que
llegaran los invitados.
A las 22 hs, habían llegado 20. Minutos más tarde, eran 40. A la hora, no los podían contar. Se multiplicaban a una velocidad increíble. Estaban todos a los que le habían comentado de la fiesta, y todos a los que no. Nadie había faltado, ni por enfermedad. Uno hasta fue con varicela. Había gente que nunca habían visto. Saltaban en los sillones, se agarraban de las paredes, y no dejaban un espacio de alfombra a la vista. Cada vez que entraba alguien, Rafa rezaba para que fuera el último.
A las 22 hs, habían llegado 20. Minutos más tarde, eran 40. A la hora, no los podían contar. Se multiplicaban a una velocidad increíble. Estaban todos a los que le habían comentado de la fiesta, y todos a los que no. Nadie había faltado, ni por enfermedad. Uno hasta fue con varicela. Había gente que nunca habían visto. Saltaban en los sillones, se agarraban de las paredes, y no dejaban un espacio de alfombra a la vista. Cada vez que entraba alguien, Rafa rezaba para que fuera el último.
Las primeras en llegar habían sido unas gemelas que a Mauro le gustaban por igual. Le
llamaron la atención un día en que contaron, al unísono, una noticia sobre asesinatos.
Informadas y terroríficas, no podían ser mejores candidatas para él.
Enseguida, una pareja incómoda que salía por primera vez. Los dos apretaban los dientes. Parecía que se los iban a romper. Y hubieran quedado más lindos sin dientes que con esas sonrisas.
La primera persona que entró sola, estaba triste como si alguien le hubiera pegado un tiro. Nadie preguntó por qué. Sólo le ofrecieron papitas (pero no las aceptó).
El
insomnio es una parte más de mi cuerpo, como los ojos o las orejas, sólo que no
sirve para nada. Y crece todo el tiempo, como si fuera un bebé, pero nadie
dice: “qué lindo”.
–¿Ustedes conocen a alguien? –preguntó
Julia.
–Sólo a las gemelas. Y no mucho
–respondió Mauro–. ¿Ustedes?
–A vos y a Julia, por desgracia –dijo Rafa.
Más gente entraba. Cada uno tenía el duplicado de las llaves, por alguna extraña razón. La casa ya no pertenecía a Rafa. En el pasillo, un anciano charlaba con algunos pibes. Julia, Mauro y Rafa se acercaron. Comentó que se iría a Perú si ahí se despenalizara el sexo con menores.
-Súmense al plan, señoritos. Si se quedan conmigo, les regalaré desde tarjetas de celular hasta ropa.
Los tres corrieron por el pasillo. Llegaron a la puerta. Entró el presidente Pepe Mujica.
Mati salió de entre la multitud y le dijo:
–¡Nosotros somos parecidos!Yo tampoco tiendo la cama.
Mujica se emocionó, y le dio un regalo: el perfume del Pepe, U from Uruguay. Se sintió el flash de varios fotógrafos. Enseguida, unos periodistas apartaron a Mati para entrevistarlo.
-¿Qué hacen? No registren esto. ¡Mi madre no puede saber que hice una fiesta!
-Típico, celos de hermanos... Nos interesa entrevistarlo a él. Otra vez te tocará.
Un elefante pasó, y Rafa corrió para un lado, y los periodistas para el otro.
-¡Julia! ¿Dónde está Mauro?
-Está entrevistando a los periodistas que entrevistan a Mujica.
-¿Qué hacemos?
Sacar a la gente a las patadas no era una opción. Ni el más fuerte del mundo habría podido. Gritar, tampoco podían. La música estaba más allá de las ondas de sonido.
De repente, entró
un hombre. El último. Se hizo el silencio. Todos lo miraron. Era llamativo. Tenía una pelada prominente,
dientes de oro, y una remera con el logo de la discoteca brasilera Kiss. Sacó un
cigarrillo y preguntó:
–¿Fuego?
Y ya nadie molestó en la fiesta.
–¿Fuego?
Y ya nadie molestó en la fiesta.
Referencias:
http://es.wikipedia.org/wiki/Tragedia_de_la_discoteca_Kiss
http://www.elpais.com.uy/130210/pciuda-694805/ciudades/mato-a-expareja-con-varilla-de-hierro/
http://america.infobae.com/notas/64687-Polemica-en-Peru-legalizan-el-sexo-con-menores
http://www.elobservador.com.uy/noticia/240874/la-tv-coreana-encontro-a-mujica-con-la-cama-destendida/
http://www.elobservador.com.uy/noticia/244373/el-mundo-en-imagenes-232/http://www.elobservador.com.uy/noticia/240874/la-tv-coreana-encontro-a-mujica-con-la-cama-destendida/
http://es.wikipedia.org/wiki/Tragedia_de_la_discoteca_Kiss
http://www.elpais.com.uy/130210/pciuda-694805/ciudades/mato-a-expareja-con-varilla-de-hierro/